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¿Realmente es funcional que alguien me ayude a escribir la tesis?


Podemos distinguir dos formas de ayudar a una persona a escribir su tesis, la primera es con asesoría y guía, diciéndole cómo puede hacerlo y los pasos a seguir; y la otra es directamente colaborar escribiendo una parte de la tesis. En esta entrada nos concentramos en explicar esta última alternativa con la finalidad concluir si esto es funcional o antes bien es una práctica contraproducente.

Escribir una tesis no es trivial, requiere de conocimientos, no solo de redacción, sino metodológicos y evidentemente, del área de estudio a la que se refiere el tema de investigación. Partiendo de estas premisas, sería inviable que otra persona pudiera escribir nuestra tesis, porque no tiene toda la información con la que contamos nosotros.

Sin embargo, la evidencia empírica que tenemos durante años de ayudar a personas a escribir su tesis apunta a que existen ciertas secciones del documento que, con toda la funcionalidad, pueden mandarse a escribir. La única condición es que el estudiante proporcione todos los datos para poder tener la misma visión en cuanto a lo que les solicitan y lo que ellos mismos buscan lograr con su investigación.

El caso más ilustrativo es la redacción del marco teórico. Este apartado tiene un carácter documental completo. Cualquier persona que tiene entendimiento de la estructura argumentativa de ese apartado y cuenta con la orientación de los temas a tratar, puede generar un documento inédito y competente el cual puede ser incluido en una tesis.

El capítulo metodológico es otro apartado que puede ser escrito por otra persona. Este probablemente es el más solicitado bajo el supuesto que muchos estudiantes universitarios no tienen suficientes conocimientos en diseños de investigación, y por lo tanto, recurrir a un asesor es la opción más razonable. De hecho, aquí es donde el asesor contratado es más propositivo porque ayuda a clarificar las ideas que tiene el alumno sobre su tesis y cómo llegar a los objetivos o la comprobación de la hipótesis.



Hemos detectado que los casos en los que mandar a escribir una tesis no es factible resultan cuando el estudiante interesado no tiene suficiente información sobre lo que necesita o lo que busca de su investigación. Es decir, cuando no está completamente comprometido. Como hemos hablado en otras entradas de este blog, los criterios para escribir una tesis varían mucho y no se puede esperar que una persona redacte una tesis como si tuviera un molde. Es un diseño prácticamente artesanal, hecho a la medida del cliente. Y para eso se requieren datos y suficiente información.

Afortunadamente la mayoría de las personas encuentran una luz en el camino con los servicios de corrección y redacción porque son claros en lo que requieren y aceptan hablar con el asesor y tener reuniones con el mismo para despejar todas las dudas posibles. Los beneficios que obtienen son enormes ya que no solo adquieren un producto de calidad que se adapta a sus necesidades, sino que pueden optimizar su tiempo y así atender otras de sus obligaciones.

Con lo anterior dicho podemos concluir que sí es funcional contratar a un profesional para la redacción de la tesis mientras que exista una comunicación clara entre ambas partes; al mismo tiempo, nos desprendamos de la idea de que las tesis son un producto prefabricado, antes bien, es una obra muy personal que siempre requerirá que el alumno se involucre de alguna forma.




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