Al rato, más tarde… mañana, luego lo termino. Para muchos, los anteriores dichos son empleados por quienes prefieren perder su tiempo frente al televisor o la computadora (o en alguna otra actividad) y no afrontar sus compromisos académicos o laborales. En algunas ocasiones, estas excusas son causas de despidos, demandas o algo peor.
Respetar el tiempo de los demás, ese debería ser uno de las máximas de todos, ya sean profesionistas o no. Toda vez que, si no te gusta esperar por qué harás esperar a los otros.
Las excusas son una clara muestra de irresponsabilidad y falta de respeto. Una recurrente que solía escuchar, y aplicar en ocasiones, era la de “el camión tardó en pasar, por eso llegué tarde”.
Pero te imaginas diciéndole a tus jefes: “no llegué a la junta porque el Metro no avanzaba”. Pues no, te corren si esa reunión era de vital importancia. O con tu asesor de tesis si le dices: “No tenía internet, por eso no pude avanzar”, justo días antes de que se venza el plazo que tenías.
Me gustó un ejemplo que leí, por ahí, en algún libro de metodología: elige realitys shows que consisten en construir automóvil o remodelar una casa (también puede ser Master Chef). ¿Qué tienen en común esos programas? Todos esos programas comparten el día “D”, sí: el día D entrega.
Lo espectacular de estas series no consiste en lo bien que hacen el trabajo, más bien en la relación al plazo establecido, siendo éste el factor más emocionante de cada capítulo. ¿Lograrán hacerlo a tiempo? (*se seca el sudor de la emoción*).
El tiempo si vale, vale dinero y te puede valer la vida misma, toda vez que el tiempo que dejas pasar para titular es tiempo que dejas de aprovechar en tu vida profesional. Al menos que seas periodistas, ahí sí… tienes hasta 10 años para titularte (algunos, de los grandes, ni titulados son y vaya que ganan bien).
Así que ya sabes, deja los pretextos y haz de tu tesis (o trabajo) un reality show, en donde mejor que te sobre tiempo a que te penalicen por falta de organización.
